Cuando
logres conseguir superar cualquier problema de relacionamiento, no te
detengas en los recuerdos de los momentos difíciles, más, en la
alegría de haber atravesado más esa prueba en tu vida.
Cuando
salgas de un largo tratamiento de salud, no pienses en el sufrimiento
que ha sido necesario enfrentar, pero en la bendición de Dios que
permitió la cura.
Lleva
en tu memoria para el resto de la vida las cosas buenas que surgieron
en las dificultades. Ellas serán una prueba de tu capacidad y te
darán confianza delante de cualquier obstáculo.
Unos
querían un empleo mejor; otros, solo un empleo.
Unos
querían una refección más barata; otros, solo una refección.
Unos
querían una vida más amena; otros, apenas vivir.
Unos
querían tener padres más esclarecidos; otros, tener padres.
Unos
querían tener ojos claros; otros, solo poder ver.
Unos
querían tener voz bonita; otros, apenas hablar.
Unos
querían silencio; otros, oír.
Unos
querían zapatos nuevos, otros, tener pies.
Unos
querían un coche; otros, apenas andar.
Unos
querían cosas superfluas; otros, apenas lo necesario.
Hay
dos tipos de sabiduría:
la inferior
– y la
superior.
La
sabiduría inferior es dada por cuanto una persona sabe y, la
superior es dada por cuanto ella tiene consciencia de que no sabe.
Tenga
la sabiduría superior. Sea un eterno aprendiz en la escuela de la
vida.
La
sabiduría superior tolera, la inferior juzga; la superior alivia, la
inferior culpa. – La superior perdona, la inferior condena.
Hay
cosas que el corazón solo dice para quien sabe escuchar.( Chico
Xavier).
Profª.
Manuela.
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